RAZAS AUTÓCTONAS

El ganado que durante siglos dio de comer y ayudó en el trabajo a nuestros antepasados está al borde de la extinción. Las razas típicas de esta zona sufrieron un drástico descenso en sus poblaciones durante el pasado siglo debido a múltiples causas (menor productividad, introducción de razas foráneas -no siempre mejores-, mecanización del campo, cambio de hábitos alimenticios, etc.), lo que hace que algunas de ellas estén a punto de desaparecer.

Una de las más amenazadas es la vaca murciano-levantina. Este tipo de vaca no tiene ni aptitud cárnica, ni lechera, siendo su uso fundamental la tracción (tirando de carros o arados). Los cherros se comían y la poca leche que producían se destinaba al consumo familiar. Hoy día ha quedado como una reliquia que intentan conservar algunos ganaderos de la huerta de Murcia en colaboración con el gobierno regional. Actualmente se usa en ferias y romerías para tirar de carros.
























El contrapunto lo tenemos en la cabra murciano-granadina, la cabra lechera por excelencia. Es una de las mejores razas lecheras del mundo debido a su alta producción láctea y a su alta prolificidad (es frecuente los partos doble y triples). La cabaña ganadera de cabra murciano-granadina está en expansión, siendo una raza que se exporta a otros países.
Un ejemplo para la experanza lo tenemos en el cerdo chato murciano. Se trata de una raza que ha estado al borde mismo de la extinción y que ahora está en franca recuperación. Se ha visto que tiene una buena productividad y que sus carnes son de gran calidad, con jamones entrevetados muy apreciados (lo cual no es raro si pensamos que se trata de una raza emparentada con el famoso y codiciado cerdo ibérico).